No sentía la pilcha.
La de abajo,
la de arriba me tiraba contra el piso.
El cielo estaba rasgado a medias,
pintado a medias,
y yo andaba casi desnudo,
perentorio,
para no tentar a la suerte.
Y me quedé pensando
como la baja presión,
me erizaba los pelos de la nuca,
tal como lo hacías vos.
Digo:
¿No serás artífice de Mamá?
¿No estarás hecha de fuego,
de vapor condensado,
y electricidad?
¿No estarás hecha
del mismo material
que la víspera del chaparrón?
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Pequeño espacio de (in)expresión personal.
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